​Volver a los sitios de trabajo será riesgoso: auditores internos… ¡A prepararnos!

Volver a los sitios de trabajo será riesgoso: auditores internos… ¡A prepararnos!

Después de semanas de incertidumbre y ansiedad por la pandemia del COVID-19, esporádicos signos de normalidad están empezando a aparecer. Un número cada vez mayor de jurisdicciones está facilitando o levantando las regulaciones sobre permanecer en el hogar, y las organizaciones están centrando su atención en las estrategias de regreso al trabajo. Multitudes de todos los niveles de la economía, desde los consumidores a los trabajadores de primera línea y los líderes de la industria, están ansiosos por volver a las -alguna vez familiares- actividades de negocio y rutinas.

Pero estos signos de normalidad son sólo espejismos. Ciertamente no soy el primero en notar que los negocios tal como los conocíamos antes del COVID-19, probablemente nunca volverán. En menos de seis meses, la pandemia mató a casi 300.000 personas en todo el mundo, causó estragos en las economías, aumentó el desempleo a niveles históricos y reescribió las reglas del lugar de trabajo.

Lo que está claro es que los impactos directos e indirectos y los riesgos creados por este flagelo resonarán ampliamente en esta nueva década. Como auditores internos, nuestra comprensión del riesgo y la gestión del riesgo servirán también a nuestras organizaciones. En particular, nuestra capacidad de reconocer riesgos nuevos y emergentes nos colocan en una posición ideal para ofrecer un gran valor mientras una ola tras otra de peligros inesperados golpea nuestras organizaciones.

El más reciente desafío es lidiar con los riesgos asociados con el regreso a nuestros lugares de trabajo habituales. Los riesgos son muchos, incluyendo el equilibrio de la salud y seguridad de los empleados con las preocupaciones sobre la privacidad, ajuste de las operaciones para reducir al mínimo el riesgo de brotes, reevaluar las necesidades de bienes raíces en el corto y largo plazo, capacitar a la gerencia para hacer frente de manera justa a las necesidades y problemas de los empleados, relacionados con la pandemia, asegurar que los nuevos procesos y procedimientos estén bien diseñados y funcionen según lo previsto y más. En resumen, los problemas de un plan de retorno al trabajo vienen acompañados de una gama completa de riesgos, incluidos financieros, de operaciones, cumplimiento, legales, de salud y de seguridad.

Los auditores internos deben estar preparados para dar un paso adelante y proporcionar garantías y asesoramiento experto sobre los planes de retorno al trabajo, y los recursos para volverse experto son abundantes. Los gobiernos de todo el mundo están proporcionando orientación. Por ejemplo, la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo de la Unión Europea ofrece una variedad de recursos sobre el COVID-19: Página Web sobre recursos para el lugar de trabajo. En la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de los Estados Unidos (OSHA, por sus siglas en inglés) también se brinda orientación para preparar los lugares de trabajo.

Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los EE.UU. ofrecen información importante sobre limpieza y desinfección, distanciamiento social y estrategias de regreso al lugar de trabajo. El Foro Económico Mundial publicó en marzo los Principios de la fuerza laboral para la pandemia del COVID-19, que proporcionan una perspectiva bien completa sobre las consecuencias sociales y laborales de la pandemia. El libro blanco incluye una discusión sobre cómo garantizar el rediseño responsable del lugar de trabajo.

Como mínimo, las organizaciones deben realizar una evaluación de riesgos -con foco en el COVID-19- en tres áreas claves: la prevención de la propagación del COVID-19, el diseño de los controles adecuados del lugar de trabajo y establecer cómo identificar y aislar los empleados que pueden tener la enfermedad. La evaluación de riesgos también debe tener en cuenta las potenciales vulnerabilidades legales asociadas con el tratamiento de los empleados, incluyendo las posibles reclamaciones por discriminación, violaciones a la privacidad, retaliaciones y reclamos de denunciantes.

Como siempre, no es nuestro trabajo diseñar controles, formular políticas e imponer el cumplimiento cuando se trata de los planes para volver al lugar trabajo. En cambio, debemos ofrecer a nuestro punto de vista directamente a la gerencia, los profesionales de recursos humanos o expertos legales de la organización. Podemos servir como parte de los grupos de trabajo ayudando a formular los planes de retorno al lugar de trabajo, pero nuestra atención debe centrarse en la mitigación de los riesgos. Las preguntas clave que debemos plantear y responder incluyen:

  • ¿La gerencia ha identificado y evaluado adecuadamente los riesgos relacionados con el retorno al lugar de trabajo?
  • ¿Están las políticas y controles de retorno al lugar de trabajo orientados a los riesgos claves?
  • ¿Las políticas / controles están implementadas efectivamente (incluyendo las comunicaciones)?
  • ¿El programa en general funciona según lo previsto, o son necesarias algunas mejoras?

Cualquier discusión acerca de los riesgos del regreso al lugar de trabajo no estaría completa sin reconocer los riesgos asociados con la forma en que los sesgos psicológicos pueden influir en el juicio y acciones. Tales sesgos pueden alterar la eficacia de las normas de salud y seguridad en el trabajo.

  • Sesgo de normalidad. Este es el estado psicológico de negación, la tendencia a creer que las cosas continuarán como siempre lo han hecho. Esto puede erosionar la efectividad de las medidas de seguridad, tales como el lavado de manos, la adhesión a las normas de distanciamiento social y el uso de equipos de protección, incluyendo la máscara facial.
  • Sesgo de optimismo. Este sesgo cognitivo hace que las personas crean que ellos tienen menos probabilidades de experimentar un evento negativo. Al igual que con el sesgo de normalidad, el sesgo de optimismo puede ir en contra de la adhesión a las reglas en la «nueva normalidad».
  • Teorías de conspiración. Si bien no es un sesgo psicológico, la creencia en una conspiración es una amenaza potencialmente poderosa y peligrosa para la seguridad y la salud en el lugar de trabajo. El por qué la gente cree en las conspiraciones se ha estudiado ampliamente, y ha habido muchas teorías que plantean explicaciones al respecto. Para nuestros propósitos, es importante entender que la falta de confianza genera vulnerabilidad a la desinformación y la conspiración. Es por eso por lo que la comunicación honesta y abierta con los empleados debería ser un componente crítico de cualquier estrategia de regreso al lugar de trabajo.

Es importante darse cuenta de que estos sesgos y sus efectos nocivos no se limitan a la fuerza laboral de la organización. También pueden influir en las acciones de los que están fuera de la organización y que interactúan con los empleados, incluyendo clientes, proveedores y miembros de la familia.

Está claro que los riesgos asociados con salir del aislamiento obligatorio o voluntario son complejos, dinámicos, y sin precedentes en un contexto lugar de trabajo moderno. La adopción de medidas para identificar, entender y mitigar esos riesgos son críticos para hacer que esa transición segura y con el menor dolor posible.

Como siempre, espero sus comentarios.

Sobre el autor:

Richard F. Chambers, presidente y CEO del Instituto de Auditores Internos Global, escribe un blog semanal para InternalAuditor.org sobre temas y tendencias relevantes para la profesión de auditoría interna. Fuente: https://global.theiia.org/knowledge/chambers-spanish/Pages/Volver-a-los-sitios-de-trabajo-sera-riesgoso-auditores-internos-A-prepararnos.aspx

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